sábado, 27 de enero de 2024

El arcángel Gabriel

El arcángel Gabriel

Anónimo Siglo XII

pintura al temple sobre madera

52 x 43 cm

Museo Estatal Ruso, San Petersburgo

020 #1001pinturas

El arcángel Gabriel, también conocido como Ángel con cabello dorado, es uno de los iconos rusos más famosos. Se atribuye a la escuela de Novgorod (h. 1130- 1190). Durante los siglos IX y X, el cristianismo se expandió hacia el norte desde Constantinopla y llevó el arte bizantino a la región eslava de Rusia. El renacimiento de la iconografía en este período aportó nuevas ideas sobre lo que debían ser los iconos Estos, cuyo propósito es honrar a Dios, toman los materiales de la tierra y crean algo que permite al espectador acercarse a la divinidad. Desde esta perspectiva, la pintura de iconos es una forma de oración, y su propósito no es despertar emociones humanas, sino ayudar a la meditación. El arcángel Gabriel es de factura sencilla. La joya del pelo dorado del ángel indica que se trata de un arcángel. Se supone que es el arcángel Gabriel, el mensajero de Dios, aunque las opiniones son contradictorias Pintado con ojos grandes y estilizados, en colores apagados, el arcángel, recortado sobre un fondo verde, aparta la vista del espectador y mira hacia lo misterioso e inefable Distanciado pero compasivo, inspira la contemplación de la belleza y la pureza. 

jueves, 25 de enero de 2024

Boson de Rochechouart

Boson de Rochechouart

Anónimo Siglo XII 

fresco (detalle) 

iglesia de Les Salles Lavauguyon, Haute Vienne

019 #1001pinturas 

La iglesia de Les Salles Lavauguyon fue construida a finales del siglo XI en estilo románico. En 1986 se retiró el yeso de la nave y quedaron al descubierto frescos del siglo XII, algunos de ellos indescifrables, pero muchos otros en buen Estado. Boson de Rochechouart era el superior del priorato vecino en el siglo XI. Se le conmemora sobre uno de los arcos de la nave. Pintado con el estilo típico del arte románico, recuerda los frescos de la antigua Roma. La figura es bizantina, la cabeza resulta demasiado pequeña para el cuerpo y los hábitos blancos están dibujados de un modo más gráfico que realista. El sentido de la perspectiva es rudimentario, y los brazos, doblados en un gesto habitual del estilo bizantino, son demasiado largos para el cuerpo. Las manos están plasmadas con tosquedad, sobre todo la derecha, con la cual el prior sostiene un libro que, de hecho, flota sobre su palma abierta. Los pies y el hombro izquierdo están pintados delante del borde enmarcado, lo cual añade profundidad a la figura, de forma que sobresale del fondo rojo. Estos frescos funden el estilo clásico y la iconografía bizantina con el antiguo arte celta.  

El beso Francesco Hayez

El beso

Francesco Hayez 1881

óleo sobre lienzo 112 x 88 cm

Pinacoteca di Brera, Milán

#1001pinturas 

Francesco Hayez (1791-1882) nació en Venecia, en el se no de una familia modesta de filiación franco-italiana, y de joven trabajó como aprendiz de un restaurador de obras de arte. Por desgracia, es difícil trazar la trayectoria artística de Hayez, porque el artista no firmaba ni fechaba sus obras. Hayez fue la figura central que marcó la transición del neoclasicismo al romanticismo en Italia, aunque su romanticismo se advierte en la temática, en detrimento de su técnica. El beso, lienzo notable por la intesa claridad de su luz, representa el encuentro encendido y apasionado de una joven y elegante pareja. El hombre y la mujer se besan en secreto, como si estuvieran en un lugar prohibido, la tensa mano de la mujer acusa la pasión, mientras que el hombre acaricia con suavidad su rostro. La poética sombra de la derecha di- rige nuestra atención hacia el largo de su sensual falda de seda drapeada, de intrincada factura. El beso, que se convirtió en el emblema del romanticismo italiano, aparece ensombrecido por un halo de vaga nostalgia y tierna melancolía. El cuadro es una muestra de la com- posición ordenada y neoclásica de Hayez, así como de su refinado estilo narrativo.  

martes, 23 de enero de 2024

Mansiones en las montañas Tung Yuan

Mansiones en las montañas Tung Yuan

Siglo x | tinta y color sobre seda | 183 x 121 cm Museo del Palacio Nacional, Taipei, Taiwan

018 #1001pinturas

Tung Yuan (h. siglo x) trabajó en la provincia de Jiangsu (en la actual Nankin), en la corte meridional de los Tang, durante el periodo de los Diez Reinos en el sur de Ch na Mientras la guerra asolaba el norte del imperio, el sur disfrutaba de una época de paz, prosperidad economica y maduración cultural que fomentaba las artes. Tung Yuan fue el fundador de la escuela del sur de pintura de paisajes, y era considerado el mejor de los cuatro artistas que trabajaban en China. Desarrolló un estilo ele gante, que se convirtió en la norma de la pintura.com pincel en China durante los siguientes nueve siglas. Su paisaje ondulado fue de lo más innovador en su uso de técnicas tales como el puntillismo y el sombreado con rayas. Mansiones en las montañas es un rollo colgante pintado sobre seda, y plasma una inmensa garganta en capas atravesada por un ancho río, Las altas montañas descienden hasta la mansion, cubierta por franjas de niebla. Con una compleja armonia que recuerda la perfección divina que se contempla en la naturaleza, el paraíso se vislumbra desde una perspectiva elevada y celestial. Con destreza exquisita, Tung Yuan plasma una atmósfera de paz, sabiduría y poder. 

viernes, 19 de enero de 2024

Edgar Degas En un café (Absenta)

 

Edgar Degas

En un café (Absenta)

1875-1876

Oleo sobre tela 92x68 cm

Museo de Orsay, Paris

Edgar Degas tenia fama de sentirse muy a gusto con las mujeres de su misma clase, pero también se sentía fascinado por las mujeres de una extracción social más baja, por el modo en que estas se vestian y se comportaban entre si, en su ambiente social. Este interés resulta destacable en las pinturas que realizó a principios de la década de 1870, obras como Mujer planchando (1873), En un cafe (1875-18760, Lavanderas llevando la colada a la ciudad (1876-1878), La clase de baile (1880) y En Milliner (1882)

En la pintura En un café, Degas realiza uno de sus famosos retratos de la vida cotidiana. Persuadió a dos amigos suyos, la actriz Ellen Andrée y su colega Marcellin Deshoutin, para que posaran para él. A la desenvoltura de Andrée, la actriz, cabe contraponer cierta incomodidad por parte de Desboutin. No obstante, la composición resulta sorprendentemente original y convincente y sin duda, el autor no habria podido idearla en un estudio y obtener los mismos resultados El modo en que la etérea geometria de las mesas sirve para situar a la mujer, una de ellas casi pellizcándole el estómago, es el vivo reflejo de la realidad. Pero la pintura también tiene una poderosa dimensión psicológica. Quizá los dos protagonistas han salido juntos a dar una vuelta por la ciudad, pero lo cierto es que se prestan muy poca atención. Están perdidos en su propio mundo. La mujer parece distraída y el hombre está inclinado hacia delante y mira a otra parte, aunque, al parecer, sin segundas intenciones. Como metáfora, Absenta parece implicar que existe algo más al margen de la bebida en si un estado mental, quiza, o incluso una manera de ser Y esta interpretación más general y metafórica cobra mayor peso debido a la atmósfera de color que todo lo impregna, en la que los distintos tonos de negro se contraponen con los blancos crema, los amarillos pálidos y los verdes translúcidos en una imitación colorista, quizá algo delirante, de la bebida de la que el cuadro toma su nombre. Degas situó los componentes aislados de esta cautivadora imagen con extrema precisión. Nos vemos obligados a mirar más allá, a través de las cosas, a desviar nuestra atención hacia atrás y hacia delante, entre el espacio real y el reflejado. Esta inquietud inducida nos ayuda a comprender el tema porque hace hincapié en la interioridad estática de la mujer. Y su aislamiento psicológico aumenta con el empleo del periódico que cierra el espacio que existe entre las dos mesas de la izquierda.

Mujer planchando, 1873. 

Oleo sobre lela 53 x 39cm

Muteo Metropolitano de Arte

Nueva York

En Milliner, 1882.

Pastel sobre papel vitela

75.5 x 85.5cm 

Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.

jueves, 18 de enero de 2024

Kichijoten

Kichijoten

Anónimo Siglo VIII

pigmento sobre tela 53 x 32 cm Templo de Yakushi-ji, Nara

017 #1001pinturas 

Kichijoten es la pintura en color existente más antigua de una sola figura en Japón, y un soberbio ejemplo de las artes del período Nara, el cual incorporó elementos de las artes de la dinastía china Tang (618-907). La deidad budista kichijōten deriva de Lakshmi, la diosa india de la prosperidad, la belleza y la buena suerte. El budismo, introducido en Japón desde China y Corea en el siglo vi, influyó en el arte japonés del siglo VII. Sin embargo, el encuentro del budismo con el sintoísmo, la religión autóctona de Japón, distinguió el budismo japonés de otras tradiciones asiáticas, y se desarrollaron estéticas y estilos propios. Esta obra, pintada con diversos colores, ejecutada con pinceladas largas y curvas, plasma una belleza asiática idealizada, de mejillas redondas y cejas en forma de media luna, y vestida con ropas de estilo Tang propias de una dama de la corte. Su mano derecha forma un mudra, un gesto que simboliza la característica especial de una deidad budista, y sobre su mano izquierda descansa un hojo, una gema sagrada que, se decía, poseía el poder de expulsar el mal y cumplir deseos. La imagen es todavía objeto de veneración. 

Bermudas rojas Howard Hodgkin

 

Bermudas rojas

Howard Hodgkin 1978-1980

óleo sobre madera

Museum of Modern Art, Nueva York

924 #1001pinturas 

A sir Howard Hodgkin (1932) suele calificársele de «intimista, y en sus obras los objetos más ordinarios (sábanas, ropa o un espejo sucio) se convierten en objeyos de estudio. Su estilo se caracteriza por los colores brillantes, las formas erráticas y el ingenioso uso de la perspectiva. A primera vista, Bermudas rojas parece una exposición de frutas y hortalizas en un puesto de un mercado, o quizá un mosaico hecho a base de azulejos italianos, solo a medida que el espectador reflexiona sobre el título se vuelven perceptibles unas perneras como columnas de unos pantalones bermudas que se agitan Hodgkin creció en un entorno artistico merced a los vinculos de su familia con el grupo de Bloomsbury. Su padre era diseñador de jardines y quizá esto explique las representaciones de árboles y flores que hace Hodgkin con un estilo sencillo pero reverencial. En sus cuadros, las formas humanas pecan de cierto infantilismo, pero también parecen reales, como si pudiéramos reconocerlas en caso de que esas personas entraran en la habitación. Muchas de sus obras se inspiran en el viaje, como En la bahía de Nápoles (1980- 1982) o Crepúsculo en Bombay (1972-1973), mientras que otras nacen de asuntos cotidianos, como la inquietante y conmovedora Cena en Smith's Square (1975-1979), en la que no se puede distinguir a la gente ni a la comida. Esta última parece confirmar la afirmación de Hodgkin: «El cuadro ocupa el lugar de lo que sucedió. No tenemos por qué saber la historia...es en todo caso trivial. Cuanta más gente quiera conocer la historia, menos mirarán el cuadro».

James Abbott McNeill Whistler

Nocturno en negro y dorado: El descenso del cohete

James Abbott McNeill Whistler 1875

Oleo sobre tela. 60.5 x 46.5 cm. Institute de las Artes de Detroit

En la actualidad, se considera que esta obra, la última de los nocturnos londinenses, representa el auge de la época de plenitud de Whistler. Sin embargo, la primera vez que se expuso en la galeria Grosvernor de Londres, en 1877, desató una gran polémica que culminó con una denuncia por libelo que Whistler interpuso al anciano, aunque todavia preeminente escritor y critico, John Ruskin. Claramente molesto y enfadado por El descenso del cohete, de Whistler, Ruskin acusó al pintor de arrojar un bote de pintura a la cara del público Whistler, que ya había lidiado contra Ruskin, se sintió obligado a pedir una retractación en los tribunales. Al final, Whistler ganó el pleito, pero le concedieron tan solo un cuarto de penique por daños y perjuicios. Sin embargo, a pesar de haber ganado el caso, Whistler perdió credibilidad ante los ojos del público.

El descenso del cohete lejos de ser la pintura crudamente gestual que calificó Ruskin, es una imagen de un gran refinamiento y una cuidada construcción. El cuadro llama la atención porque, aunque suene paradójico, logra combinar bellamente una explosiva energia y una absoluta quietud. La obra empieza centrando los conceptos lugar y tiempo el Londres industrial de noche, la negrura verdusca y espesa, cargada de contaminación, de un parque de la ciudad pasada la medianoche. Los fuegos artificiales iluminan el cielo produciendo un resplandor un tanto livido que se destaca en un aire espeso, entre nubes de humo. Si examinamos con detalle los aspectos técnicos del cuadro veremos lo equivocado que iba Ruskin. En sintesis, el crítico acusó a Whistler de perseguir unos efectos rápidos y de poca categoria a expensas de la buena pintura Nada más alejado de la realidad. En esta obra, vemos al Whistler habil y de gran experiencia técnica dando curso a su imaginación. No hay nada más dificil que pintar la oscuridad y retener el grado justo de luminosidad impregnada de color Whistler lo consigue sin dejar de imprimir un vertiginoso sentido de indeterminación espacial contrapuesto a una sutil y sugerente estructura de linea y forma. Logra crear un paisaje que, más que visto, es sentido.

La búsqueda de una nueva versión de lo sublime

El magnifico cuadro histórico de Joseph Mallord William Turner, el manifiestamente sublime Incendio de la Camara de los Lores y los Comunes, fue puesto a la venta en 1873 por el comerciante de arte Thomas Agnew de Londres y es casi seguro que Whistler lo vio en esa misma época. Esta pintura de Turner y la más írónica El descenso del cohete comparten una característica importante: ambas retratan el incendio como si de un espectáculo se tratara. Cien años antes, el filósofo Immanuel Kant había descrito el devastador incendio de la Bastilla como el primer ejemplo de lo moderno sublime por el estado de absorta concentración» al que inducia a los espectadores


Joseph Mallord William Turner El incendio de la Cámara de los Leres y los Comunes. 16 de octubre de 1834 1835 Oleo sobre tela 92 123 cm Museo de Arte de Filadelfia

Nocturno en gris y dorado: El puente de Westminster 1871-1872. Óleo sobre tale. 47 x62.5 cm Museos de Glasgow Colección Burrell 

martes, 16 de enero de 2024

Keith (From Gimme Shelter)

Keith (From Gimme Shelter)

Elizabeth Peyton 2004

óleo sobre plancha 25,5 x 30,5 cm Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York


995 #1001pinturas 


Elizabeth Peyton (1965) forma parte de un grupo de artistas emergentes unidos por el deseo de reavivar una pintura figurativa de tipo tradicional. Los amables retratos de Peyton se permiten ser sentimentales y nostálgicos, si bien con un toque de modernidad por su obsesión por la fama y los medios de comunicación. Peyton confiere a sus cuadros, de pequeño formato, un cariz intimista, y representa caras en primer plano con el fondo recortado. Esta proximidad, que parte de fotografias de revistas de música y de moda, no está reñida con cierto distanciamiento, como si a Peyton no le interesara tanto el individuo en sí como su imagen En este caso, el «modelo, visto de muy cerca, es un Keith Richards compues to de pinceladas fluidas y sensuales, donde el negro azulado de la melena contrasta con la blancura de la tez y el rojo rubi de los labios, repetido en los anillos. Los ojos oscuros y la luminosidad de la piel intensifican la expresividad de la postura, presentando a Richards como un poeta romántico y un héroe andrógino La fuente original es una imagen de la película Gimme Shelter, documental sobre la gira de 1969 de los Rolling Stones. La cuidadosa trasposición al óleo de este fotograma tiene su patetismo porque ya se sabe que el concierto gratuito del grupo en Altamont, en los montes de California, tuvo un final violento que hoy se considera el certificado de defun ción de la utopía rockera de la década de 1960. La obra de Peyton encarna una nueva manera de abordar el re trato tradicional, y el artista mantiene una relación critica con un mundo sobrecargado de imágenes y creado y dominado por las nuevas tecnologías.

Madre 2004 Zhao Bo


Madre 2004

Zhao Bo 2004

óleo sobre lienzo 100 x 120 cm Chivese Contemporany Gallery, Londres

994 #1001pinturas 

Zhao Bo pertenece a un grupo de jóvenes artistas chinos, nacidos en su mayoría durante la revolución cultural o después de ella cuyo arte se centra en el lugar que ocupa China en el globalizado siglo XXI, sobre todo en lo que respecta a su influencia occidental En la obra de Zhao (1974), grupos de ciudadanos chinos y de iconografias de la cultura pop occidental se entremezclan con dinamismo en medio de los densos espacios de la ciudad contemporánea Hay un rasgo autobiográfico en estos paisajes: Zhao creció en Chongquing, el municipio más poblado del mundo. En su concepción de la vida de las calles de la ciudad no solo hay dinamismo, sino también algo un poco si niestro Madre 2004 está ejecutada con el singular estilo de Zhao propio de un cómic, exuberante de color y característicamente occidental. Aunque el titulo identifica a la mujer que se encuentra en el centro del cuadro por su papel familiar, hay poca intimidad en su retrato. Los miembros de la familia miran todos en diferentes direcciones con los ojos ausentes, cercanos fisicamente pero entre si El color magenta fosforescente de su piel les hace parecer parte del tejido urbano artificial tanto como los carteles de las vallas publicitarias y los cables del tendido eléctrico del fondo Estos últimos conforman un espacio desbordante de referencias tanto al consumismo occidental (como el anuncio de Adidas) como al pasado comunista chino, significado mediante la estrella roja de lo alto del friso del edificio. El lienzo transmite la sensación de opulencia claustrofóbica de la ciudad que muestra

lunes, 15 de enero de 2024

Beldad girándose

Beldad girándose

Hishikawa Moronobu 1690

tinta y color sobre rollo de seda 

63 x 31 cm

Museo Nacional, Tokio

#1001pinturas 

Hishikawa Moronobu (1618-1694) suele ser considerado como el gran promotor del ukiyo-e, estilo japonés de grabado y pintura nacido en el período Edo. El ukiyo-e tuvo un gran auge como expresión pictórica del mundo del teatro kabuki, del barrio del placer de Yos hiwara y de otras escenas de la vida urbana, en muchas de las cuales aparecen actores y cortesanas. Al principio, la palabra ukiyo se usaba en el contexto religioso del budismo para designar la condición efímera de la vida humana, pero en el periodo Edo adquirió nuevas connotaciones, asociándose a lo efímero de la sociedad urbana La primera experiencia artística de Moronobu, nacido cerca de Tokio en el seno de una familia de bordadores, fue dibujar motivos textiles. Ya instalado en Edo (la actual Tokio), ilustró libros con xilografías y creó un nuevo lenguaje ukiyo-e con sus ilus traciones a página completa, independientes del texto al que acompañan Solia hacer grabados monocromos y pintarlos a mano, Beldad girándose es una muestra de un género dedicado a retratar a mujeres hermosas del período Kanbun. Las imágenes ukiyo-e pintadas a mano no eran los originales que se usaban para las reproducciones xilográficas, sino piezas únicas destinadas a la contemplación Pintando a la modelo de espaldas, Moronobu reproduce la moda del momento, visible en el peinado y los dibujos del quimono Los grabados ukiyo-e fueron una fuente de inspiración para el Art Nouveau y para muchos pintores impresionistas del siglo XIX europeo, como Vincent van Gogh y Claude Monet 

domingo, 14 de enero de 2024

Bebé gigante Leonora Carrington

Bebé gigante

Leonora Carrington 1947

óleo sobre lienzo

Edward James Foundation 

Sussex, Reino Unido


779 #1001pinturas


Leonora Carrington nació en Inglaterra, en 1917, pero se la suele relacionar con su hogar adoptivo de México. Estudió en la Chelsea School of Arts en 1936, antes de asistir al estudio de Amédée Ozenfant. En 1937 cono- ció al surrealista Max Ernst, cuya obra la fascino Se fueron a Paris juntos, como amantes, pero al estallar la Se gunda Guerra Mundial Ernst fue encarcelado y ella se vio obligada a huir a España, donde padeció una crisis nerviosa En 1941 se casó con el poeta mexicano Renato Leduc Fue un matrimonio de conveniencia, y se divorciaron después de que ella se trasladara a México en 1942. Carrington se convirtió en figura fundamental del movimiento surrealista, y fue famosa por sus escritos tanto como por sus pinturas. Su obra escrita incluye dos piezas teatrales, Penelope y The Flannel Night Shirt, y su libro Memorias de abajo, que gira en torno a su vida sentimental y su crisis nerviosa. En Bebé gigan te, este sostiene un huevo en una mano, lo cual indica renacimiento, despertar espiritual y poderes misticos. Su diminuta cabeza sobre el gigantesco cuerpo y la masa remolineante de pelo rojizo dorado, casi solar, son de bebé y otorgan a la figura una sensación de estar perdida en mitad de un mundo hostil. Los enormes pájaros que vuelan en círculos alrededor de la figura y salen de debajo de su capa no parecen amenazadores sino que dan la impresión de protegerla, como si fue ran sus bebés. Pese a la insinuación de inseguridad, el bebé gigante domina el paisaje, oculta en parte hasta el poderoso sol y se cierne sobre la naturaleza, en forma de diminutos árboles a sus pies.

Thomas Eakins - La clase práctica de Goss

La clase práctica de Goss

Thomas Eakins 1875

Óleo sobre tela. 244 198 cm

Facultad de Medicina Jefferson. Universidad Thomas Jefferson, Filadelfia

Thomas Eakins nació en Filadelfia en 1844. Salvo los cuatro años que vivió en Europa durante su juventud, en los que estudió en Paris con Jean Léon Gérôme, y luego en España, donde pasó elbastantes horas en el Prado, trabajó toda la vida en su ciudad natal. Su primera obra muestra la influencia de Rembrandt, Velázquez, Ribera y los grandes maestros realistas franceses. Courbet y Manet. En la actualidad, se le considera el padre del realismo social americano. Eakins, además de producir un corpus artistico prodigioso, fue un famoso aunque algo excéntrico y agresivo profesor que insistió en la eficacia de la práctica del dibujo al natural para ambos sexos y tambien, en ocasiones, de recurrir a los desnudos

Eakins emprendió la ejecución de esta obra a gran escala, La clase práctica de Gross, tras regresar de Europa. Queria realizar un cuadro que llamara la atención y lo consagrara de inmediato como artista. La pintura, que plasma su estilo más españolizante, suscitó diversidad de opiniones. Hubo quienes afirmaron que era una obra maestra (la minoria) Pero otros (la mayoria) se sintieron sobrecogidos por su detallismo gráfico y la condenaron por su morbosidad y su mala educación Es una pintura dramática, tensa e inquietante, situada en el quirófano de prácticas de la Facultad de Medicina Jefferson, Filadelfia, donde Eakins estudió anatomia antes de marcharse a Paris. De adolescente, se sintió fascinado por la ciencia y por lo que consideraba un apasionado compromiso con la verdad objetiva. Había llegado el momento de pintar cuadros imbuido por esa misma pasión. Considerada desde este punto de vista, La clase práctica de Gross no solo refleja el interés de Eakıns por el conjunto de procedimientos de la ciencia médica, sino también su deseo de crear una manera de pintar absolutamente objetiva un nuevo realismo con trasfondo alegórico. 

Mientras la operación está en curso, el célebre cirujano y anatomista, el doctor Samuel David Gross (aferrando un escalpelo con dedos ensangrentados, reflejo del Arquimedes de Ribera que se expone en el Prado) se vuelve para tranquilizar a una mujer (posiblemente la esposa del paciente) que no puede soportar seguir mirando. A modo de contraste, en el plano del fondo, el artista encargado de plasmar visualmente la operación paso a paso (quizá el alter ego de Eakins) está completamente absorto en su dibujo y aparentemente desentendido de la gravedad de la escena que se desarrolla ante él

La clase práctica de Gross, obra muy controvertida desde el principio, tuvo que ser <rescatada por el mismo doctor Gross para poder legarla a la posteridad, quien dispuso que se colgara en un hospital militar y formara parte de una exposición sobre el tratamiento de las heridas de la guerra civil americana. En la actualidad, se considera una de las seis grandes obras maestras del arte estadounidense del siglo XIX. Así como Frederick Church habia introducido en la palestra americana cierta concepción de las ciencias naturales de cariz poético, respetuosa con el orden divino y muy del gusto del romanticismo tardio, Eakins aporto el enfoque de la ciencia, descarnado y politicamente escéptico, que había presenciado en la Francia posrevolucionaria. El artista buscaba una concepción moderna y secular de la ciencia y del arte en la que, aunadas, sirvieran de fuerza común para la liberación de la mente y el cuerpo De este modo, la figura del gran anatomista representa la inmensa capacidad del intelecto (la razón científica) para resolver los problemas humanos. 

Alegorías de la Música y la Prudencia.

 


Alegorías de la Música y la Prudencia. 

Hans Baldung Grien

1529 pintura sobre tablas de pino.

83 x 36 cm Alto pinakothek Munich.

#1001pinturas


Hans Baldung (1485-1545) adoptó el sobrenombre de Grien (grun, el color verde) cuando trabajaba en el taller de Alberto Durero, en Núremberg. Baldung, prestigioso pintor y grabador renacentista del norte de Alemania, recurre a composiciones complejas para plasmar el comportamiento humano en un estilo que más tarde recibiría el nombre de manierismo, en ruptura con el contenido pictórico y psicológico de la pintura del Alto Renacimiento. Su obra está formada por retablos, obra religiosas y retratos privados, pero en la parte final de su carrera se dedicó a pintar escenas legendarias, mitológicas e históricas (incluso de magia y brujería). Alegorías de la música y la prudencia plasma en dos paneles separados los grandes pilares de la alta cultura, mediante dos desnudos femeninos distorsionados. Aunando la precisión de un delineante con la densidad y peculiaridad de un artista de vanguardia, Baldung representa el cuerpo humano de un modo lindante con la grotesco. Las masas de carne son desproporcionadas pero elegantes, inconexas pero armónicas. El negro absoluto contrasta con el ocre claro de la piel y con el brillo de los verdes. La forma y la postura de la Música son claramente femeninas, pero está adopta una actitud intelectual, y el gestualismo de su cara, brazos y manos es masculino. La Prudencia píse a la serpiente de la tentación con una expresión torturada, como de santo, y su vientre prominente parece propio de un embarazada. Entre el paganismo y el cristianismo, Baldung representó la psicología humana y los valores civiles en una mezcla de fantasía desatada.


https://museodelarte.blogspot.com/2010/05/la-vanidad-vanity-hans-baldung-grien.html?m=1


Hans Baldung Grien

Pintadas sobre tabla con el evidente propósito de formar pareja. Ambas se hallan firmadas con monograma. El pintor ha utilizado la misma modelo para los dos desnudos, situándola en posición frontal y estática en el primer caso, y de ligero escorzo, con una pierna adelantada, en el otro cuadro. La interpretación de estas alegorías presenta muchos puntos oscuros, de modo que los títulos que se les asignan no satisfacen a todos los especialistas en iconografía. Para algunos, sería más apropiado pensar que Baldung trató de describir en estas doncellas la vida contemplativa y la vida activa; otros consideran que la mujer que se contempla en un espejo convexo –para descubrir la imagen de la muerte- no representa la Vanidad, sino la Prudencia. En cualquier caso, el lenguaje del pintor es críptico y, a no dudar, se halla basado en una simbología a la vez renacentista y medieval –pagana y cristiana-, cuyo sentido no podemos interpretar.

viernes, 12 de enero de 2024

Edgar Degas - Plaza de la Concordia


Edgar Degas 1875

Plaza de la Concordia

Óleo sobre tela. 79 x 118 cm

Museo Estatal del Ermitage San Petersburgo

Existen numerosos testimonios del interés que Degas sintió por la fotografia. A pesar de ello, si miramos su Plaza de la Concordia resulta dificil creer que los rollos de pelicula y las cámaras portátiles todavia no se hubieran inventado y que las velocidades del obturador fueran terriblemente lentas. En este sentido, la pintura de Degas es una propuesta absoluta El pintor realizó una imagen instantánea mucho antes de que hubiera tenido la posibilidad de ver alguna. En la actualidad, podríamos llamarla una imagen construida la que se ha soñado con todo detalle antes de ejecutarla. El artista requirió la presencia de su amigo, el vizconde Ludovic Napoléon Lepic, para que posara con sus dos hijas y su viejo perro de caza. Degas los colocó e hizo varios estudios con ellos. Como ocurre con todas las imágenes construidas, la pintura plantea diversas cuestiones sobre las intenciones del artista ¿qué está intentando expresar exactamente y por qué adopta este particular modo de discurso?

Desde el principio, los impresionistas, como grupo, se preocuparon de representar la vida de la ciudad. Uno de sus temas preferidos, por ejemplo, fue la promenade del atardecer, con esas calles congestionadas vistas desde arriba, como en Boulevard des Capucines, de Monet, pintado en 1873, otro fue la gente en su tiempo libre, disfrutando de los espacios públicos, como en Música en los jardines de las Tullerias, de Manet, cuadro de 1862.

Pero Plaza de la Concordia difiere mucho de estas agradables vistas de la vida urbana. En la pintura de Degas, se advierte una profunda sensación de malestar que surge de la composición misma. Es un cuadro sin marco ni centro y representa a individuos a los que, del mismo modo, se les ha despojado de un punto de vista unificado o de un tema de discurso común. Si están disfrutando de la ciudad (toda vez que parecen más desconcertados que encantados) lo hacen con independencia de los demás


Un nuevo modo de mirar

La gran invención de Degas es la construcción de una mirada momentánea (una imagen fugaz) como un nuevo estilo de ejecución pictórica. En este sentido, Plaza de la Concordia tiene que ver con la fotografia y también con la vida urbana. Degas demostró a sus contemporáneos de finales del siglo XIX que la fotografia ya había modificado el modo de ver el mundo y que lo cambiaría todavía más en un futuro. Asimismo, Degas estaba convencido de que la pintura también tendría que cambiar si queria plantar cara al desafio que representaba la fotografia.


Claude Monet

Boulevard des Capucines, 1873-1874. Óleo sobre tela. 79.5 * 59cm

Museo de Arte Nelson-Atkins, Kansas City.


Edouard Manet

Música en los jardines de las Tullerías, 1862 

Óleo sobre tela, 76 x 118 cm. 

Galería Nacional, Londres.