Pablo Picasso 1901
óleo sobre cartón 39x57.7 cm
Asmolesn Museum Oxford.
Este cuadro plasma la vista de París de la que gozaba Pablo Picasso (1881-1973) desde el último piso de un apartamento situado en el bulevard de Clichy. El azul penetrante de los tejados parisinos de pizarra, bañados por una luz pálida, se refleja apenas en el cielo, donde destellos amarillos y verdes son evidentes en la en las especias nubes. Se trata de la escena que Picasso veía desde la ventana de la habitación donde vivía y trabajaba. Es onírica, y aporta pistas sobre las preocupaciones del artista en esta fase embriatoria de su carrera. Era un periodo de descubrimiento y de experimentación para Picasso. Una crítica de su exposición en la galería de Ambroise Vollard en junio de 1901 comparaba su obra con un amplio abanico de artistas contemporáneos, desde Toulouse-Lautre hasta Matisse. Picasso poseia un instinto innato para descubrir lo nuevo y lo vital, así como para crear imágenes coherentes que hacían referencia a esos estilos en evolución. En tejados azules, la carga impresionista es evidente en las pinceladas breves y enérgicas. No obstante, la serenidad de esa de esta escena desmiente el torbellino de la vida de Picasso en esa época. Su amigo Casagemas se había suicidado, y un abatido Picasso sólo iba a permanecer en París un breve periodo para regresar a Barcelona en 1902. Antes de abandonar Francia se embarcó en una serie de cuadros que más tarde maduraron en su periodo azul: evocaciones melancólicas de los pobres y afligidos, muerte y mortalidad. Tejados azules es un precursor inconsciente de estas imágenes, pues evoca en silencio un fugaz momento de serena contemplación.
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