sábado, 5 de noviembre de 2022

Monica sentada con Mondrian

 


Monica sentada con Mondrian

Artista: Tom Wesselmann

Estados Unidos, 1988

Título original: Monica sitting with Mondrian

106 x 71 cm.

Desnudo metálico con cuadro neoplasticista

Esta obra se diferencia de otras de Wesselmann por tres motivos. En primer lugar, este es un tipo de pintura que realizó durante las décadas de los ochenta y noventa y que se caracteriza por incorporar obras de otros artistas en forma de homenaje a esos mentores o ídolos. Una especie de vuelta a la época de sus inicios como estudiante de arte, a sus raíces. Iconos de otros maestros tanto de la pintura clásica como contemporánea y que aparecen como fondo a sus trabajos. En este caso vemos un inconfundible trabajo del pintor modernista holandés Piet Mondrian detrás de la figura femenina, que está sentada sobre una superficie rosa.

En segundo lugar, siempre interesado en experimentar con nuevas superficies como plástico, tela, metal, que constituyeron una evolución a lo largo de toda su trayectoria artística, visible en diferentes épocas y trabajos, nos ofrece aquí una obra metálica, es decir, un dibujo o boceto que es trasladado a una plancha de acero o aluminio y que es recortada con láser. La mezcla entre la frialdad de lo mecánico se encuentra con el expresionismo abstracto, los géneros y motivos de la pintura clásica con la técnica moderna… y así crea toda una innovación artística. Con este tipo de técnica experimentó y evolucionó hasta constituir el punto álgido en esta aventura dominada por el afán de nuevas formas de creación plástica.

Y por último, que es el motivo que más me fascina, tenemos esa simplicidad en las formas. Con unos pocos trazos, Wesselmann es capaz de sintetizar la esencia de toda una composición, a las que acostumbraba a llamar «garabatos de aluminio». La sencillez del trazo, aunque incompleto, se llena de pintura sobre la superficie de metal. La gama cromática nos sigue recordando a ese estilo pop inconfundible, aunque con un brillo acentuado en los bordes afilados por el láser y la impronta de una atmósfera erótica que todavía permanece. Esta serie de dibujos de acero causó una gran impresión en sus primeras exposiciones, aunque como él mismo decía: Lo importante es que es hermoso, una expresión vívida de una idea válida, presentada de una forma específica como nunca se ha visto antes.

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