viernes, 15 de marzo de 2024

Caminante sobre un mar de niebla

Caminante sobre un mar de niebla Caspar David Friedrich 1818

óleo sobre lienzo 98,5 x 75 cm Hamburger Kunsthalle, Hamburgo

#1001pinturas 

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El sublime poder de la naturaleza fue un tema dominante en las pinturas de Caspar David Friedrich (1774-1840). El paisaje de su Alemania natal fue una fuente de Inspiración para el artista, pero su historia personal también podría explicar la tensión que supo plasmar. Cuando era un chiquillo, patinaba con su hermano sobre la superficie helada del mar Báltico cuando el hielo se resquebrajó. Caspar resbaló dentro y su hermano murió por salvarlo. La depresión que el artista padeció de adulto le llevó a intentar cortarse el cuello, sin éxito. La relación existente entre el trauma y la inspiración queda clara en la afirmación de Friedrich: «El artista no deberia pintar solo lo que tiene delante, sino también lo que ve en su interior. Y si no ve nada, tendría que dejar de pintar lo que tiene delante».

Un mar embravecido se estrella frente a la solitaria figura de Caminante sobre un mar de niebla. Este cuadro, que el artista realizó el mismo año de su boda, podría expresar la lucha personal que sostuvo para dominar sus emociones encontradas y tranquilizar a su joven desposada. Friedrich, quien empezó a pintar al óleo a partir de los treinta años, demuestra haber poseido un profundo conocimiento del medio en los ricos matices del color oscuro al que recurre para plasmar una imaginería desgarradora. Los acontecimientos tergiversaron el legado de Friedrich cuando Adolf Hitler decidió apropiarse de una de sus pinturas y emplearla como propaganda nazi. Sin embargo, a pesar de la anacrónica conexión, la belleza mística y melancólica de sus paisajes ha perdurado hasta nuestros dias. 

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