Newton
William Blake
Reino Unido, 1805
Museo: Tate Gallery, Londres (Reino Unido)
Técnica: Grabado (46 x 60 cm.)
"El arte es el árbol de la vida. La ciencia es el árbol de la muerte"
Escrito por: Esteban Iborio
William Blake odiaba la Ilustración. Creía que no todo funciona exclusivamente con la razón. Hay cosas irracionales, y una de ellas es el arte, movido en buena parte por emociones y sobre todo la imaginación.
Para él, gente como Isaac Newton era un enemigo (junto a John Locke y Francis Bacon, para él la trinidad infernal) Gente que lo veía todo a través de la física. Científicos. Materialistas. De Newton sobre todo le repugnaba su teoría óptica en la que sólo existía el ojo físico que absorbía partículas de luz, e ignoraba el ojo espiritual, con el que el artista disfrutó de tantas y tantas visiones místicas desde niño.
Por ello decidió retratar a Newton de esta forma: desnudo, sentado en una pose imposible, sobre una superficie rocosa con algas, corales y moluscos que se asemeja mucho al fondo del mar, y absorto en sus propias teorías, sin disfrutar de la belleza que lo rodea.
Con una anatomía tomada directamente de su adorado Miguel Ángel, vemos a un joven Newton culturista, marcando músculo (quizás en exceso). Un físico formado por líneas rectas y ángulos geométricos, un cuerpo tan limitado como su compás, tan cuadriculado como su pensamiento.
Con un poco de recochineo, desde 1957, un busto de Blake realizado por el escultor Sir Jacob Epstein se encuentra en la Abadía de Westminster, a pocos metros de donde descansan los restos de Newton.
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