El curso del Imperio I: Estado Salvaje
La amabilidad de lo primitivo.
Retrato del artistaThomas Cole
Estados Unidos, 1834
Título original: The Course of Empire: The Savage State
Museo: New York Historical Society, Nueva York (Estados Unidos)
Técnica: Óleo (99 x 160 cm.)
Escrito por: Laura Cabrera Guerrero
Thomas Cole realizó una serie de cinco pinturas que bautizó como El curso de un Imperio.
Este artista, con un espíritu romántico de campeonato y la obsesión de reflejar un mensaje moral o espiritual en todos sus paisajes, nos hace reflexionar con la evolución de uno mismo, y como es alterado por la peor especie que habita en la Tierra: los humanos, esos que corrompen y destruyen a su paso.
En esta primera pintura, el mensaje es aún amable, muestra una naturaleza bella, armónica, y a la vez sublime, salvaje, aún «no domesticada» o alterada por la mano humana. Impresiona la luz que expulsa la obra, recrea perfectamente el tono de un cielo claro y a la vez cubierto de nubes en un lateral, los tonos verdosos de la vegetación, en la que Cole se recrea con los detalles: cada árbol, cada arbusto, cada hoja…su técnica es impecable y minuciosa.
Vemos minúsculas figuras de hombres primitivos (idea similar a Friedrich, que pintaba las figuras humanas siempre diminutas y anónimas para contrastar con la grandiosidad de la naturaleza). Los hombrecillos buscan alimento y cobijo, pura subsistencia. Sin embargo, este estado salvaje no durará mucho, el ser humano siempre querrá más, y su incansable ambición conllevará al caos, a la destrucción y a un paisaje desolado…
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