jueves, 27 de noviembre de 2025

El baño turco 1863 Ingres

 








Jean-Auguste-Dominique Ingres

El baño turco (1863)

Museo del Louvre, París.La escena está inspirada en las vivas descripciones de los baños públicos para mujeres que Lady Wortley Montagu visitó en Constantinopla: había unas doscientas mujeres desnudas de gran belleza y tez blanca que, indolentes, retozaban o disfrutaban de los placeres del baño o la conversación. Esta atmósfera sensual rezuma en las imágenes de Ingres, quien comenzó el cuadro en la década de los cincuenta por encargo.

Napoleón III admiró tanto esta obra de Ingres como repudió Las bañistas de Courbet, donde el pintor realista trataba el tema del desnudo femenino desde un punto de vista totalmente nuevo: presentaba a mujeres reales de carne y hueso. El mundo irreal y fantástico que recrea Ingres en su cuadro era suficientemente estrambótico, ensoñador y lejano como para que no se tomara en cuenta como algo real y, por tanto, escapara de la censura moral y del escándalo. Sin embargo, introduce impúdicamente en sus fantasías eróticas el retrato de su esposa, Delphine Ramel (identificado con la mujer que en el primer término descansa su cabeza sobre una almohada), lo cual demuestra hasta qué punto el ojo del público estaba acostumbrado a sublimar la realidad aun teniéndola delante si el pintor le daba las claves de lectura oportunas. Una de ellas la constituía su extraña anatomía, que por medio de una línea sinuosa (muy de acorde con el carácter sensual) deformaba los cuerpos anunciando los desnudos que Modigliani y Matisse realizaran en el siglo xx. La línea anti académica de Ingres va acompañada de unos colores fríos que también contribuyen a que el espectador se aleje de la obra, lo que aminora considerablemente su carácter obsceno. Contrariamente, Delacroix crea en sus Mujeres de Argel una atmósfera contagiosa y atrayente valiéndose de colores y tonalidades cálidas que diluyen los contornos y las formas. Mientras que Delacroix nos invita a entrar en su cuadro, Ingres sólo nos permite asomarnos y mirar desde el umbral de la puerta.

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