domingo, 10 de marzo de 2024

Joven reclinada

 

Joven reclinada

François Boucher 1751 

óleo sobre lienzo 59,5 x 73,5 cm Wallraf-Richartz Museum, Colonia

#1001pinturas 

François Boucher (1703-1770) hizo dos versiones muy parecidas de este desnudo voluptuoso. La segunda, de 1752, es uno de sus cuadros más famosos. Estas obras, pintadas en plenitud de facultades, apuntalan su reputación como uno de los mejores artistas del rococó en Francia. Este estilo floreció en la corte de Luis XV, antes de la Revolución francesa. Abogaba por la elegancia y el refinamiento, pero también se caracterizaba por un gran desenfado y un sentido lúdico del erotismo. Los clientes de la nobleza adornaban sus paredes con correrias de ninfas y diosas. En respuesta a esta demanda, Boucher se volvió un experto en retratar el cuerpo femenino y realizó miles de esbozos de distintas modelos que usó repetidamente en sus composiciones de gran formato. Joven reclinada destaca entre casi todos sus desnudos por su carácter directo. En este himno a la sensualidad no hay ninguna pretensión de colocar a la modelo en un contexto mitológico o narrativo. El perfume embriagador de la rosa tirada en la alfombra apela al sentido del olfato, mientras las telas (terciopelos y sedas arrugados) evocan el del tacto. El ambiente general es de inocencia malcriada. Se suele identificar a la joven como Louise O'Murphy, hija de un zapatero irlandés que empezó a posar a los catorce años para huir de la pobreza de su entorno, y que en poco tiempo se hizo famosa por su belleza. Durante un tiempo fue una de las amantes de Luis XV. También conoció a Casanova, que en sus memorias la describe asi: «Blanca como un lirio y dotada de toda la belleza que podría otorgar la naturaleza o el arte de un pintor.

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